"Señor, tú has puesto
en mí la firme convicción de peregrinar a la tumba del Apóstol, sé para mí una
sombra contra el sol, un manto contra la lluvia. Ayúdame en la fatiga y
defiéndeme de todo peligro, a fin de que guiado por ti, llegue al final y
vuelva sano y salvo. Me entrego por entero a tu providencia. E ultreia".
Cada Camino es distinto, ni el tiempo en el que trancurre ni la persona en si son los mismos. Aún así, llegando o abandonando, la experiencia siempre es enriquecedora. El Camino tiene la virtud de romper todos los esquemas preconcebidos dándonos la vuelta y volviéndonos a recomponer. Si quieres ver como me ha marcado a mí, sólo tienes que clicar en cada pestaña, espero que el viaje te resulte tan enriquecedor como ha sido para mí. ¡Buen Camino!
"El Señor dijo a Abraham: Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré" Gn 12,1
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