Cada Camino es distinto, ni el tiempo en el que trancurre ni la persona en si son los mismos. Aún así, llegando o abandonando, la experiencia siempre es enriquecedora. El Camino tiene la virtud de romper todos los esquemas preconcebidos dándonos la vuelta y volviéndonos a recomponer. Si quieres ver como me ha marcado a mí, sólo tienes que clicar en cada pestaña, espero que el viaje te resulte tan enriquecedor como ha sido para mí. ¡Buen Camino!
"El Señor dijo a Abraham: Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré" Gn 12,1
sábado, 15 de julio de 2017
ORACIÓN ANTE LA CRUZ DEL FERRO (Foncebadón)
"Señor,
que esta piedra que arrojo a los pies de la Cruz Salvadora, símbolo del
esfuerzo de mi peregrinación, sea la que, llegado el instante en que se
juzguen los actos de mi vida, sirva para inclinar la balanza a favor de
mis buenas obras. Así sea. Amén."
sábado, 8 de julio de 2017
AL LLEGAR A SANTIAGO
Apóstol Santiago:
Estoy aquí como miles de peregrinos a lo largo de los siglos, ofreciendo a Dios mi cansancio del Camino. Vengo con el deseo de aprender a caminar por la senda de la Vida, que es Cristo. Ayúdame tú, que seguiste al Maestro hasta dar tu vida por Él. Dame un corazón grande y generoso como el tuyo, para ser también yo, apóstol de Cristo.
María Santísima, Reina de los Apóstoles, hazme sentir el amor y la ternura de tu corazón. Ayúdame con tu sonrisa y tu cariño de Madre a recorrer el camino de la vida con la alegría de los hijos de Dios.
- Ruega por nosotros, bienaventurado Santiago,
- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Acepta, Señor, las súplicas que te dirigimos por medio de tu Apóstol Santiago, y haz que la peregrinación a su Sepulcro, faro de unidad cristiana, nos disponga a recorrer juntos el camino que conduce a la gloria eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
domingo, 2 de julio de 2017
CAMINOS DEL CORAZÓN
Una vez escuché a un peregrino decir que hay tantos caminos como personas que lo recorren, cada una de ellas con una motivación, todas distintas, todas únicas pero con un mismo propósito de ponerse a andar.
Cuando me preguntan cuántos caminos he hecho, siempre freno mis labios ante la respuesta que surge de ellos: tres. Aunque en realidad solo uno, el primero, fue completado, a pie, con éxito.
Aquel camino marcó un antes y un después en mí. Desde entonces me considero peregrina y creo que así será hasta el fin de mis días. En él sólo pude atisbar un contenido mucho más profundo, un anticipo de una verdad absoluta sobre la necesidad del ser humano por transcender. Y quedé enganchada.
En mi segundo camino llevaba mi mochila interior con exceso de peso. Exceso marcado por un ansia viva de experimentar todo aquello que entreví en el anterior; y esa ansia pasó factura, y el camino se truncó recién empezado. No hice caso a unos de los consejos básicos del peregrino: "Deja que el Camino te sorprenda".
Con la espina de la meta inconclusa, mi tercer camino tomó forma un año más tarde y, si bien, la ilusión era igual o mayor que la vez anterior, no dejé a la ansiedad formar parte de los preparativos. Sin embargo, la suerte o el destino tampoco dejaron esta vez que calzara mis botas. Un problema de salud familiar echó al traste todo el plan antes de empezar a caminar. Otros pasos hermanos emprendieron la ruta y mi corazón partió con ellos hasta Santiago.
De nuevo este año la suerte se me presenta un poco de lado. Mi corazón acompañará de nuevo a otros pasos, pasos amados, pasos de mis entrañas. Yo esperaré su vuelta en casa, pero mi corazón volverá a pisar parajes ya conocidos y abrazará al Apóstol henchido de gratitud.
Por todo esto creo que el Camino se hace de muchas maneras: a pie, a caballo, en bici, con mochila o sin ella, con motivación religiosa o espiritual, por deporte, por gusto o curiosidad…pero si no se hace con el corazón, si no dejamos que el Camino lo traspase, no sirve de nada. Da igual que andemos cien, doscientos, ochocientos kilómetros. Si al volver a casa, seguimos siendo los mismos que partimos unos días o meses atrás, si no hemos aprendido a ser mejores personas, habrá sido un camino en balde.
sábado, 1 de julio de 2017
¿QUIÉN ERES?
"Si quieres saber la verdad de quién eres, camina hasta que ninguna persona sepa tu nombre. Viajar es el gran nivelador, el gran maestro, amargo como una medicina, más cruel que un espejo. Un buen trozo de camino te enseñará más cosas de ti mismo que cien años de introspección silenciosa" (Patrick Rothfuss)
jueves, 29 de junio de 2017
ORACIÓN PARA CUANDO ACABA EL CAMINO
Cada paso que dimos
por los mismos senderos,
por el mismo Camino
que nos fue haciendo uno,
sin dejar cada uno
de hacer su Camino,
nos hizo llegar
al mismo destino,
a ese punto y aparte
de un final que es principio,
a ese punto y seguido
que preludia otra historia
de pies caminantes
por nuevos senderos.
Hasta que el Camino
nos vuelva a juntar,
moved, moved los pies
por la ruta inacabada
de la vida.
Que el Camino
nos ha hecho
para siempre
peregrinos...
M.N.
por los mismos senderos,
por el mismo Camino
que nos fue haciendo uno,
sin dejar cada uno
de hacer su Camino,
nos hizo llegar
al mismo destino,
a ese punto y aparte
de un final que es principio,
a ese punto y seguido
que preludia otra historia
de pies caminantes
por nuevos senderos.
Hasta que el Camino
nos vuelva a juntar,
moved, moved los pies
por la ruta inacabada
de la vida.
Que el Camino
nos ha hecho
para siempre
peregrinos...
M.N.
EN TIERRA EXTRAÑA
En tierra extraña peregrinos
con esperanza caminamos,
que, si arduos son nuestros caminos,
sabemos bien a dónde vamos.
En el desierto un alto hacemos,
es el Señor quien nos convida,
aquí comemos y bebemos
el pan y el vino de la Vida.
Para el camino se nos queda
entre las manos, guiadora,
la cruz, bordón, que es la venera
y es la bandera triunfadora.
Entre el dolor y la alegría,
con Cristo avanza en su andadura
un hombre, un pobre que confía
y busca la ciudad futura. Amén. Buenos días
con esperanza caminamos,
que, si arduos son nuestros caminos,
sabemos bien a dónde vamos.
En el desierto un alto hacemos,
es el Señor quien nos convida,
aquí comemos y bebemos
el pan y el vino de la Vida.
Para el camino se nos queda
entre las manos, guiadora,
la cruz, bordón, que es la venera
y es la bandera triunfadora.
Entre el dolor y la alegría,
con Cristo avanza en su andadura
un hombre, un pobre que confía
y busca la ciudad futura. Amén. Buenos días
sábado, 24 de junio de 2017
BIENAVENTURANZAS DEL CAMINO
- Bienaventurado eres, peregrino, si descubres que el camino te abre los ojos a lo que no se ve.
- Bienaventurado eres, peregrino, si a lo largo del camino has encontrado
compañía, otros que han decidido caminar contigo hasta el fin.
- Bienaventurado eres, peregrino, si en el camino has recorrido la senda
del silencio y la soledad y en ellas te has encontrado con Dios.
- Bienaventurado eres, peregrino, si en el camino has cargado con otra
herida que no es la tuya, con otro peso que no es el tuyo, con otra vida de que
el camino te ha hecho responsable.
- Bienaventurado eres, peregrino, si has dado un paso atrás para ayudar a
otros, si has esperado al que se retrasa, si has animado al abatido.
- Bienaventurado eres, peregrino, si en el Camino buscas la Verdad y la
Vida y la encuentras en Jesucristo y en su Evangelio.
- Bienaventurado eres, peregrino, si el corazón se llena de gratitud ante
el don que recibes de continuo.
- Bienaventurado eres, peregrino, si el camino te ha hecho paciente y
humilde contigo mismo y con los demás.
- Bienaventurado eres, peregrino, si has hecho el camino de la Paz
verdadera con todo hombre que has encontrado y has dejado tras de ti un signo
de la Bondad del mismo Dios.
- Bienaventurado eres, peregrino, si el camino te ha mostrado la paradoja
de la vida, la noche y el día, la lluvia y el sol, la tristeza y la alegría, y
todo lo has acogido convirtiéndolo en ofrenda de vida.
- Bienaventurado eres, peregrino, si el camino te ha dado a comprender que
se llega al gozo de la meta a través de la senda de la cruz, de la renuncia, de
la pérdida de la vida...
- Bienaventurado eres, peregrino, si has recibido por serlo un desprecio y
has respondido con una bendición.
- Bienaventurado eres, peregrino, si el camino te ha enseñado que empieza
cuando se acaba...
... Una propuesta: añade las bienaventuranzas que creas haber recibido en
el Camino.
Dedicado a todos los hermanos que estamos en camino.
(María del Prado González Heras, Agustina contemplativa)
HOY, PADRE (oración para el primer día)
Hoy Padre, quiero darte gracias por estar aquí en el
Camino, por haberme sacado de mi casa. Y aquí,
lejos de mis bienes, de la
seguridad de ser alguien, expuesto a la
novedad de cada amanecer, de conocer
cada día nuevos compañeros de camino... quiero ofrecerte este trocito de
libertad, este camino andado sin prisas ni rutinas, el amanecer de cada día con
el cuerpo entregado y el espíritu hambriento, con ampollas en los pies y las
manos vacías, la mochila sin cerrar y
durmiendo en lugares diferentes que no me pertenecen. Cuando regrese a mi hogar
no me dejes olvidar que el hombre es lo que es en el Camino y no más.
BENDICIÓN CELTA
Que el camino suba a tu encuentro, que el viento te de
siempre en la espalda, que el sol brille cálido sobre tu cara hasta que nos
encontremos de nuevo mañana u otro día, donde estés… que Dios te guarde en el
hueco de su mano.
ORACIÓN PARA EL PUNTO DE PARTIDA
"Señor, tú has puesto
en mí la firme convicción de peregrinar a la tumba del Apóstol, sé para mí una
sombra contra el sol, un manto contra la lluvia. Ayúdame en la fatiga y
defiéndeme de todo peligro, a fin de que guiado por ti, llegue al final y
vuelva sano y salvo. Me entrego por entero a tu providencia. E ultreia".
BENDICIÓN PARA LOS QUE VAN A INICIAR EL CAMINO
Dios, que hiciste salir a tu siervo Abrahán de Ur de los Caldeos y le guardaste a lo largo de los caminos de su peregrinación, dígnate custodiar a estos siervos tuyos que emprenden voluntariamente su peregrinación por amor a tu nombre. Sé para ellos, Señor, defensa en el combate, puerto en el naufragio, asilo en el camino, sombra en el verano, luz en la oscuridad, báculo en los lugares resbaladizos, consuelo en la tristeza, seguridad en la adversidad, cautela en la prosperidad, para que estos siervos tuyos, con tu ayuda, lleguen al lugar al que intrépidos se dirigen y con tu misma ayuda vuelvan de allí ilesos, y la Iglesia, que se entristece con su ausencia, merezca recibir una gran alegría por su vuelta en salud y prosperidad. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
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