Cada Camino es distinto, ni el tiempo en el que trancurre ni la persona en si son los mismos. Aún así, llegando o abandonando, la experiencia siempre es enriquecedora. El Camino tiene la virtud de romper todos los esquemas preconcebidos dándonos la vuelta y volviéndonos a recomponer. Si quieres ver como me ha marcado a mí, sólo tienes que clicar en cada pestaña, espero que el viaje te resulte tan enriquecedor como ha sido para mí. ¡Buen Camino!
"El Señor dijo a Abraham: Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré" Gn 12,1

martes, 24 de julio de 2018

PRIMERA ETAPA: TUI - O PORRIÑO (16,1 KM.)

 





        Cinco años más tarde vuelvo a emprender estos mismos senderos con la misma ilusión que la primera vez pero un un matiz diferente.
Cierto es que cada camino es distinto aunque repitas itinerario. El espacio se mantiene pero los tiempos, la vida y el mismo peregrino son diferentes.

        Repetir ruta te da la oportunidad de descubrir detalles que escaparon a tu percepción la vez anterior y, al mismo tiempo, te da la seguridad de lo conocido.

        Esta vez, el final del recorrido ha sido diferente, una ruta alternativa que, gracias a Dios, es un descanso y un deleite para los peregrinos. Sortear el Polígono de las Gándaras es un auténtico lujo, especialmente por una zona arbolada que ha sido un regalo para la vista, el oído y el olfato. Como siempre, el fin de etapa dolorido, las uñas de mis pies tienen memoria de mi primer camino y creo que ya no volverán a ser las de antes.

        El tiempo ha acompañado, el cielo nublado nos ha permitido no llegar exhaustas.

        Ya en el albergue, contraste con el de la jornada anterior, tipo cápsula, lo que te hace recordar que el peregrino no exige, sino que agradece. Aún así, el sitio está limpio y las camas son cómodas.

        El entusiasmo del grupo sigue alto. Ha sido un camino muy deseado y de nuevo, una lección del mismo: EL PEREGRINO NO JUZGA, comparte y aprende a convivir con los otros peregrinos en un acto de ceder soberanía. 

        Durante las casi cinco horas y media de andadura, el grupo se ha alargado y encogido como un acordeón. El propósito de esta peregrinación es un acto de encuentro, no sólo entre nosotras o con el resto de peregrinos; es sobre todo, un encuentro personal con Cristo; para ello, hace falta silencio, interior y exterior y tal vez, el entusiasmo acumulado estos siete meses y la novedad para la mayor parte del grupo no han permitido que este silencio se dé. Pero confío, por experiencia, que con el paso de los días vaya dándose y surja desde lo más profundo de cada una.

        Mañana, Día del Apóstol, el destino es Redondela, con un peculiar final de etapa en modo descendente. Espero que el grupo lo viva con intensidad y con la alegría que lo caracteriza.



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