CRÓNICA DE LA ETAPA:
Ya estamos en Tui, en vísperas de iniciar nuestro Camino, mañana por la mañana bien temprano. Han sido doce horas de coche, que no es poco y reconozco que tantas horas sentada, aunque hayamos parado varias veces para descansar, son para echarse a temblar, sobre todo para mi marido, que es el que conduce. Para colmo, hemos llegado con 33 grados de temperatura, ¡¿por qué será que cada vez que salimos de Málaga nos llevamos el calor con nosotros?! ¡ A ver si ahora vamos a pasear las sudaderas por toda Galicia durante seis días!
Salimos de Málaga a las cinco de la mañana por lo que la primera parte del viaje ha sido de noche, aunque con los nervios me ha resultado imposible echar ninguna cabezadita en el coche aunque después sí que he sucumbido y el trayecto ha ido alternándose entre cabezadas y mi pésima labor como segunda de a bordo.
A la altura de Tábara, en la provincia de Zamora, hemos visto el primer indicador del Camino y la Iglesia de Santa María, del siglo XII y estilo románico. Hemos atravesado el Tajo, el Ebro y el Miño y la verdad, nunca había visto ríos tan grandes. No parece que es verano, todo tan verde y con tantísima vegetación. Todo es tan diferente de Andalucía, el paisaje, los pueblos,… acostumbrada al blanco de nuestras casas, ver tanta piedra en la elaboración de los muros es algo digno de observar.
Lo más asombroso ha sido Tui, el centro histórico está todo construido en piedra, bloques de sillería grandotes y ventanas que abren hacia afuera. La Catedral es espléndida, de estilos románico y gótico, con el Retablo de la Expectación en un lateral, realmente espectacular, presidido por una imagen de la Virgen encinta. Es la primera vez que la veo representada así.
El calor ha hecho imposible ver muchas más cosas de la ciudad, así que hemos picoteado algo y nos hemos vuelto al albergue, que es sencillo y muy limpio, Albergue O Camiño; ahora mismo soy la única que está despierta, los demás duermen; a ver mañana cómo se presenta la jornada, espero que el calor mengüe porque si no…
REFLEXIÓN PERSONAL:
Sigo nerviosa, más consciente del enorme trabajo físico que vamos a realizar y al que no estamos acostumbrados. A ver cómo nos afecta en cuerpo y espíritu. Siendo la autora intelectual de este peregrinar y habiendo empujado conmigo a mi familia, el peso de la responsabilidad es inevitable. A 1.200 km. de casa, en la otra punta de España, con lo necesario a cuestas, extraño mucho mi Málaga y mis comodidades, y oculto mi preocupación ante los míos con dosis de bromas y risas, para que el ánimo se mantenga en alto; nos esperan unos 118 km. aproximadamente de Camino, pero como sé que no vamos solos, confío.
Ya estamos en Tui, en vísperas de iniciar nuestro Camino, mañana por la mañana bien temprano. Han sido doce horas de coche, que no es poco y reconozco que tantas horas sentada, aunque hayamos parado varias veces para descansar, son para echarse a temblar, sobre todo para mi marido, que es el que conduce. Para colmo, hemos llegado con 33 grados de temperatura, ¡¿por qué será que cada vez que salimos de Málaga nos llevamos el calor con nosotros?! ¡ A ver si ahora vamos a pasear las sudaderas por toda Galicia durante seis días!
Salimos de Málaga a las cinco de la mañana por lo que la primera parte del viaje ha sido de noche, aunque con los nervios me ha resultado imposible echar ninguna cabezadita en el coche aunque después sí que he sucumbido y el trayecto ha ido alternándose entre cabezadas y mi pésima labor como segunda de a bordo.
A la altura de Tábara, en la provincia de Zamora, hemos visto el primer indicador del Camino y la Iglesia de Santa María, del siglo XII y estilo románico. Hemos atravesado el Tajo, el Ebro y el Miño y la verdad, nunca había visto ríos tan grandes. No parece que es verano, todo tan verde y con tantísima vegetación. Todo es tan diferente de Andalucía, el paisaje, los pueblos,… acostumbrada al blanco de nuestras casas, ver tanta piedra en la elaboración de los muros es algo digno de observar.
Lo más asombroso ha sido Tui, el centro histórico está todo construido en piedra, bloques de sillería grandotes y ventanas que abren hacia afuera. La Catedral es espléndida, de estilos románico y gótico, con el Retablo de la Expectación en un lateral, realmente espectacular, presidido por una imagen de la Virgen encinta. Es la primera vez que la veo representada así.
El calor ha hecho imposible ver muchas más cosas de la ciudad, así que hemos picoteado algo y nos hemos vuelto al albergue, que es sencillo y muy limpio, Albergue O Camiño; ahora mismo soy la única que está despierta, los demás duermen; a ver mañana cómo se presenta la jornada, espero que el calor mengüe porque si no…
REFLEXIÓN PERSONAL:
Sigo nerviosa, más consciente del enorme trabajo físico que vamos a realizar y al que no estamos acostumbrados. A ver cómo nos afecta en cuerpo y espíritu. Siendo la autora intelectual de este peregrinar y habiendo empujado conmigo a mi familia, el peso de la responsabilidad es inevitable. A 1.200 km. de casa, en la otra punta de España, con lo necesario a cuestas, extraño mucho mi Málaga y mis comodidades, y oculto mi preocupación ante los míos con dosis de bromas y risas, para que el ánimo se mantenga en alto; nos esperan unos 118 km. aproximadamente de Camino, pero como sé que no vamos solos, confío.
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